Sexting: “Del anonimato al desprestigio”

Cada vez es más frecuente encontrar adolescentes que envían fotos o videos con desnudos sexualmente insinuantes a sus novios o compañeros a través de las redes sociales. ¿Qué hay detrás de esta práctica? ¿Qué piensan los adolescentes? ¿Cómo debemos reaccionar como sociedad, como padres y profesionales de la salud?
El Sexting (Proviene de la palabra “sexo” más “texting” mensajes de texto) incluye comportamientos tales como el envío, la recepción o reenvío de imágenes de desnudos o parcialmente desnudos a través de los teléfonos celulares, redes sociales o correos electrónicos.

Los adolescentes son más propensos a este tipo de conducta, ya que están en un período que involucra una búsqueda de identidad, un sentido de pertenencia, un reconocimiento o aceptación por parte de sus pares. Por esto es más frecuente que busquen explorar el mundo asumiendo riesgos sin anticipar las consecuencias de sus actos. De igual forma, la falta de autocontrol y la ausencia de herramientas emocionales adecuadas contribuyen en gran medida a que cometan errores y fallas que terminan comprometiendo su rol dentro de la sociedad en que están inmersos.

La prevalencia del Sexting en preadolescentes y adolescentes no es clara, debido a la tendencia de los adolescentes a mantener en secreto su comportamiento. De igual forma, influyen los rápidos avances en la tecnología que promueven nuevas redes sociales desconocidas para los padres y la falta de un concepto preciso que dé cuenta de otros factores del desarrollo tales como la impulsividad, el desarrollo psicosexual precoz y los permanentes cambios emocionales que hacen de esta etapa un periodo de inminente riego para estas conductas.

Hay una falta de reconocimiento de las consecuencias y los riesgos crecientes que genera el Sexting como la vergüenza social, la culpa, el comportamiento sexual prematuro, la intimidación o matoneo (Bullying), el compromiso en la autoestima, el abuso de sustancias, la depresión y en muchos casos desafortunadamente el suicidio.

Los adolescentes de acuerdo al vínculo emocional y grado de empatía que tengan con la persona involucrada en este tipo de comportamientos, pueden asumir una conducta ambivalente frente a la posición que deben asumir cuando reciben este tipo de material. “Si me resulta gracioso y no la conozco lo reenvío”, “Si me cae mal se lo muestro a todos mis amigos”, “Si se trata de mi hermana mato al que le está pidiendo el video”, “Yo no vería un video o lo borraría si se trata de una amiga mía”.

Si usted tiene en casa un hijo preadolescente o adolescente tenga en cuenta estas recomendaciones:

– Establezca un vínculo afectivo con su hijo en donde se promuevan valores como el respeto, la intimidad, la fortaleza, la honestidad, la empatía, etc.

– Fomente desde temprana edad el respeto por la intimidad, siendo claro y sin rodeos al momento de hablar con sus hijos: “Nunca te tomes una foto desnuda”, “No le pidas a nadie una foto o video de su cuerpo”, “Cualquier foto puede ser usada en contra tuya”.

No tema hablar de estos temas con sus hijos, sino lo hacen con usted lo harán con una persona que no corresponda y que pueda darles una información errónea.

Desarrolle habilidades emocionales como la toma de decisiones, el autocontrol, la autoeficacia a través de ejemplos de situaciones propias de la adolescencia y sondee la conducta que asumirían si estuvieran involucrados en un problema similar.

– No piense solamente en su hijo sino también en su grupo de amigos y su entorno.

– Promueva espacios de dialogo para guiarlos y orientarlos sobre el adecuado manejo de situaciones de riesgo.

Conozca el grado de autoestima de sus hijos, recuerde que este es el factor principal de vulnerabilidad para situaciones de riesgo en la adolescencia. Si tiene dudas para evaluar el desarrollo emocional y autoestima de su hijo consulte al Psiquiatra de Adolescentes.
Escrito por: Dr. Christian Muñoz Farías